El aceite usado en varias ocasiones, cuando ya no es adecuado para freir en el, pues haria insanas las comidas, además de llevarse a un punto limpio, puede reciclarse para poder ahorrar dinero en casa.
Una manera muy buena y facil de hacer es reciclar el aceite usado de cocinar para elaborar jabón casero. Para ello solamente requerimos comprar algo de sosa caústica en el supermercado, drogueria o bazar, pues es una sustancia barata que se usa mucho para limpiar.
Con tres litros de aceite usado y medio kilo de sosa caústica podemos obtener tres kilogramos de jabón.
Es preciso usar gafas de seguridad (son de plástico y las venden en muchos sitios a buen precio – he llegado a verlas en bazares por 3 euros), para evitar que posibles salpicaduras nos hagan que algo de sosa entre al ojo mientras se elabora el jabón.
Los recipientes han de ser de plástico, pues si son de metal reaccionarán con la sosa y no lograremos jabón sino otras sales y el recipiente estropeado.
Para remover la sosa es adecuado un cucharon de madera o similar.
Se toman 3 litros de agua, que puede ser sin problema del grifo, y se ponen en un cubo de plástico. Poco a poco se le va añadiendo la sosa caústica, removiendo hasta que se disuelva. No hay que echar demasiada de golpe, pues se genera una reacción entre el agua y la sosa que hace que el agua se caliente, con lo cual, si echamos demasiada del golpe podria ebullir y quemarnos. Por esta misma razón tampoco se echa el agua sobre la sosa sino que siempre la sosa sobre el agua, poco a poco y removiendo.
Una vez que hemos disuelto toda la sosa caústica en el agua, dejamos enfriar y entonces añadimos, poco a poco y agitando con la cuchara o similar, el aceite. El aceite, si tuviera restos de comida, hay que colarlo primero, pues no buscamos jabón con restos de pollo o similar. Si se usó para freir algo con sabor fuerte, estilo pescado, se puede eliminar el olor a pescado del aceite friendo en él un trozo de cáscara de limón.
Se va echando poco a poco el aceite, removiendo siempre en la misma dirección, hasta haber echado todo el aceite. Quedará una pasta blanquecina. Se echa esta pasta en los moldes, que pueden ser de plástico o de madera, (valen incluso los recipientes usados de natillas y yogures) y se deja en un sitio seco y lo más ventilado posible, durante un mes si se quiere una pastilla muy dura, o varios días si se usará en aplicaciones en las que la dureza no sea importante.
Este jabón se puede usar para frotar en las manchas de la ropa resistentes antes de lavar en lavadora, o para fregar suelos (disolviéndolo en agua), pero no es adecuado para uso cosmético ni para lavarse las manos, pues su efecto quitagrasa es muy elevado, y dejaría las manos sin la grasa natural que necesitan tener para mantenerse suaves. Los jabones para manos son más delicados. Si se quisiera elaborar jabón para manos, lo que hay que hacer es utilizar potasa de sodio en lugar de sosa caústica, lo cual genera siempre jabón líquido, que no solidificará.